Frontera News Net

     

        Cualquier Palabra

        Todas las Palabras

        Frase Exacta

Juana Andueza de Oriol - El Angel de los Necesitados

Redacción José Peraza Lavin   

Juana Anduez de Oriol, nacida en Montevideo, en la localidad de la Unión fue visionaria que dedicó su vida en pró de esta tierra que la adoptó com hija. Cuando llegó a Rivera no existían, tan siquiera servicios de la Cruz Roja, tampoco la que se llamó Liga Uruguaya contra la Tubercolosis y ni pensar en algo que se pudiera llamar Hospital.

Con Espíritu emprendedor, fundó la primera sala auxiliar para enfermos menesterosos, en calle Ituizangó esquina Monseñor Vera. Enfrentó la epidemia variolasis, que se extendió por toda la ciudad.

Cuando las gueras fratricidas que sacudíasn a nuestra región, acompañada por el Párroco, acudió a los campos de batalla para atender a los heridos y darles la extremaunción a aquellos que estaban muriendose sin asistencia.

En el año 1892 fundó el Hospital del Cerro Marconi ( o del Telegrafo (sin hilo), como también se conocía), el cual no pudo funcionar por falta de agua potable.

Pero eso no desestimulaba a esta valiente mujer, conmovida al ver el lugar bajo y arregadizo donde se sepultaban a los pobre, en el anterior cementerio que tuvo nuestra ciudad. Obtuvo la donación del actual emplazamiento de nuestro cementerio del Sr. Gimenez, propietario del área. Inclusive ideó la forma del portón de entrada.

Esqueleto del Hospital que cosntruyó Juanda de Oriol en el Cerro Marconi - Foto Ernesto Costa

Otra se sus realizaciones fue el alhajamiento de la iglesia local. Por intermedio de sus amistades de Montevideo, fue obteniendo lo necesario, entre estas la Virgen María y los candelabros para el Altar Mayor.

Mujer muy creyente, fue fundadora de las agrupaciones Hijas de María y Corazón de Jesús.

Destacamos también las obras de beneficiencia tales como el reparto a los pobres los días sábados, entregando bolsas con alimentos y velas.

Inclusive fue su preocupación el alumbrado público de la entonces Villa de Rivera; cuando se colocaron los faroles en 1890, su hijo fue el primer farolero de la ciudad.

Su amor por el teatro la llevó a fundar un grupo que representaba obras clásicas, entre ellas "Canción de Cuna", entreteniendo a las señoritas de nuestra ciudad, yendo personalmente a buscarlas dada la confianza que depositaban las madres en ella.

En las campañas de recolección de fondos para el Hospital recorrió nuestra campaña en la compañía de señoritas distinguidas de la sociedad de la época en una conduccción que consistía en una Charret de cuatro ruedas techada, tirada por cuatro caballos con varios asientos en fila, donde se ubicaban Juana y su comitiva. Muchas veces tuvieron que regresar por el mal tiempo y por el estado de los caminos.

Fundadora del primer comedor público que funcionó en la intersección de la calle que lleva hoy su nombre y Avenida Brasil, se ocupaba personalmente de la distribución de la comida a la gente que allí concurría.

Posteriormente logró traer a tres hermanas de Caridad del Colegio Teresiano de Montevideo y fundó una escuela católica, la que ocupó un local en calle Sarandí casi Brasil, habiendose mudado a Ceballos casi Sarandí trasladandose luego a Santana do Livramento, volviendose luego a nuestra ciudad, al haber sido prohibida la enseñanza en idioma español en el período que gobernó el Dr. Getulio Vargas al Brasil.

Luego de una larga vida dedicada a sus semejantes a las 10:00 hs de la mañana del 19 de octubre de 1920 la luz que iluminaba su rostro se apagó para siempre. En su sepelio se oía a la gente murmurar "se murió" la madre de los pobres. El Dr. Gimenez de Aréchaga, en ese entonces Ministro de Estado decretó la colocación de un busto en su homenaje a la entrada del Hospital.

Hoy al entrar al cementerio central, luego de los panteones, a unos veinte metros del portón principal, nos encontramos con los restos mortales de Doña Juana de Oriol, pero su obra queda entre nosotros como ejemplo de voluntad, de emprendimiento y tenacidad de aquella mujer que abandonó muchas veces el calor de su hogar para dedicarse a sus necesitados, pero este ejemplo que queda en la meoria de sus nietos nos llenan de esperanza al comprobar que en nuestra pequeña historia, tenemos personajes como aquellas que de niños aprendíamos a admirar en los libros de historia por su abnegación y sacrificio en pro de la humanidad.

Regocijémonos por haber contado con alguien como Juana de Oriol, cuya obra trasciende mas allá de nuestras cuchillas, en la esperanza de una América nueva y más humana.

                  Rivera - Rivera - República oriental del Uruguay - Webmaster: Ernesto Costa